Voy, más de dos veces al año, a esta capilla que tiene un retablo precioso. Iré y pensaré en esta canción de Pierre Perrer que dice:
« Mais l’enfant qui viendra un jour
Aura la couleur de l’amour,
Contre lequel on ne peut rien ! »
(Y el niño que vendrá
tendrá el color del amor
contra el que no se puede luchar...)
Aura la couleur de l’amour,
Contre lequel on ne peut rien ! »
(Y el niño que vendrá
tendrá el color del amor
contra el que no se puede luchar...)
Es esto mi deseo, un abrazo muy fuerte
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